Society

Cuarentena en tiempos del Covid-19: Entrevista con una psicóloga clínica

No es seguro que acierten aquellos que presienten o pronostican que la vida no será igual una vez acabe esta crisis del Coronavirus (COVID-19) que estamos padeciendo todos. El orden mundial, dicen, quedará muy tocado, eso sí: tanto económica como socialmente. Esto último, quizá, es lo que más inquietud – y quizá un poco de fascinación también – despierta.

El confinamiento al que nos tiene sometido el actual estado de alarma en España nos recuerda que todo lo que hacemos para llevar una vida normal — desde ir a trabajar y hacer gestiones en el banco o en la mutua, a salir a tomar unas cañas, ir al cine o dar un paseo por el parque… — son tareas que forman parte de un sistema evolutivo inherente en nosotros al que quizá no hayamos prestado la suficiente atención hasta ahora. La mayor o menor incomodidad que esta medida ha suscitado, demuestra que el ser humano necesita estar, en mayor o menor medida, activo; no necesariamente desempeñando responsabilidades per se, sino cualquier actividad que no le suponga una merma de su libertad de acción y de movimiento. Para ahondar en la situación en la que nos encontramos, he hablado con Silvia Álvarez Ruiz, psicóloga clínica y una de las numerosas voluntarias que, durante este confinamiento por el coronavirus, está proporcionando apoyo psicólogico desde la página web citamedicaencasa.es y a través del teléfono de ayuda del Colegio Oficial de Psicología de Madrid.

El contacto físico es insustituible , y a largo plazo, si no se consigue gestionar adecuadamente, acarrerará consecuencias».

Silvia Álvarez Ruiz

Silvia, ¿cómo crees que una situación de confinamiento, como la que está causando la crisis del Coronavirus, afecta al individuo y a sus relaciones personales y por qué?

Somos seres por naturaleza sociables, y los españoles más, si cabe. Se está echando de menos el contacto con los demás, aunque a nivel de relaciones sociales, la inventiva está intentado suplir situaciones de contacto con amigos y familia a través de las redes sociales y plataformas de videollamadas. Es más, los psicólogos aconsejamos el uso de la tecnología para seguir en contacto y que no repercuta en la salud mental.

Silvia Álvarez Ruiz

Por otro lado, el contacto físico, es insustituible y a largo plazo si no se consigue gestionar adecuadamente, acarreará consecuencias. Hay estudios que han demostrado cómo la falta de contacto físico en recién nacidos, ha provocado alteraciones en el apego o apego inseguro con figuras de referencia como los cuidadores o padres. Ésta es una situación excepcional, y hasta dentro de unos meses no habrá estudios que nos muestren las consecuencias, pero viendo los problemas que está presentando la población a fecha de hoy a través de las consultas psicológicas, es esperable alteraciones emocionales parecidas; de miedo a no volver a tener contacto físico con las personas que queremos, y desarrollando emociones de vulnerabilidad, frustración o rabia; incluso un incremento de la necesidad de contacto de forma obsesiva, compulsiva, de forma no saludable. Pueden llegar a desarrollarse problemas de concentración, hiperactividad, distorsiones en la imagen de uno mismo, conductas desafiantes, trastornos de timidez o conductas antisociales.

Cambiar la percepción de “prohibición al salir a la calle” por la de “opción de quedarme en casa”, es imprescindible para que la sensación tanto a nivel mental como físico cambie, y podamos manejar mejor la situación.

Sería necesario replantearse muchas cuestiones a nivel de sociedad, profesional, y, sobre todo, a nivel personal».

¿De qué forma crees que esta situación cambiará a la sociedad y a la forma de interactuar consigo misma y a su normal funcionamiento?

Aunque alberguemos “ilusiones” de volver a la normalidad, esto no creo que suceda (al menos a corto plazo). Es poco probable que volvamos a ser como era antes de que todo esto sucediera.

Es más, sería necesario replantearse muchas cuestiones a nivel de sociedad, profesional y sobre todo a nivel personal, para que sirva de aprendizaje en situaciones futuras. Es importante aprender de lo que ha funcionado para volver a repetirlo y de aquello que se puede mejorar, no sólo en las instituciones públicas y de sanidad, sino también a nivel personal. Con todo esto, se aprende a desarrollar las habilidades y capacidades individuales de anteponerse a la adversidad, de ser positivos para superar los miedos, para salir resilientes y fortalecidos. Los que adquieran o tengan estas capacidades, serán los que ayuden al resto a nivel de sociedad, a superar los momentos de mayor dificultad.

Las situaciones críticas nos enseñan, aprendemos con ellas y evolucionamos».

Todo esto repercutirá indudablemente de cara a cambiarnos para ser mejores personas. Muchos no volverán a ser los de antes de esta pandemia a nivel mundial; inimaginable hace unos meses. Todos aquellos que no cambien, no habrán evolucionado; ni como personas ni como sociedad en su conjunto. Las situaciones críticas nos enseñan, aprendemos con ellas y evolucionamos. Es imprescindible.

¿Crees que esto perdurará en el tiempo o el impacto será realmente de un carácter más temporal? ¿De qué dependerá? (Si dependerá de algo)

El impacto, a nivel psicológico, ya lo estamos viendo los psicólogos en la atención que estamos realizando a la sociedad*. Esto es tanto en las consultas de ayuda psicológica que nos están llegando de casos individuales del sufrimiento de los hogares, como de todos aquellos profesionales que están realizando la atención directa; no sólo el personal sanitario y no sanitario, sino también policías y personal de tanatorios.

Toda esta situación está desencadenando un incremento, además, de patologías no diagnosticadas en la población; aquéllas no tratadas adecuadamente, o incluso trastornos psicológicos en la población sin precedentes: Trastornos de obsesión por la limpieza, por la comprobación, ansiedad generalizada, duelos patológicos….tanto en adultos de todas las edad como en niños pequeños.

Seguramente no sea antes de 1 año para que tengamos la sensación de que todo ha vuelto a la normalidad y desaparecido el estado de alerta.

¿Qué piensas de esas llamadas a la unión que se lanzan desde los medios y la publicidad? ¿Cuánto hay de saludable y cuánto de manipulación? En este caso, ¿es conciliable una cosa con la otra o sólo crea una falsa idea de fraternidad entre nosotros?

La sensación de unidad es necesaria para poder afrontar situaciones. La lucha o el enfrentamiento rompe vínculos. La energía de cada persona está puesta en la supervivencia personal y ésta se fortalece si se tiene la sensación de ayuda colectiva.

Las ayudas que están inundando las redes sociales, en ocasiones, nos sobrepasan, pero, en términos generales, están ayudando indudablemente a muchas personas que no tienen los recursos necesarios para hacer frente por ellos mismos a esta situación. Recursos de ayuda no sólo económicos, sino también de acceso a comida por redes de vecinos organizados, que ayudan a los mayores y más vulnerables en esta situación, haciéndoles la compra; todos los vecinos que ponen música en sus casas y alegran sin saberlo, más de lo que creen, a los demás.

El acompañar es importante — aunque sea a través de un teléfono en una conversación con profesionales sanitarios que están haciendo seguimiento de su enfermedad. Aquellos médicos que están ofreciendo desinteresadamente atención médica en las redes, en consultas que se han anulado en sus centros médicos; psicólogos que estamos atendiendo a personas que se sienten desbordadas sin saber cómo gestionar sus emociones… Todo este apoyo está “manteniendo” y controlando patologías de la población, y que, indudablemente, está siendo de una gran ayuda.

¿Hasta qué punto es beneficioso recurrir o hacer uso del humor para no detenernos en la tragedia que nos rodea?

El humor, la risa, es fundamental; suben las endorfinas y dan al cerebro la sensación de felicidad. No sólo sentirse, sino también ser feliz. El optimismo, la visión positiva de la vida ayudan a la resiliencia, a la capacidad de anteponerse a la adversidad que supone una crisis de las dimensiones del COVID-19. Todo es necesario junto a la música, cantar, bailar, hacer ejercicio, una conversación, tomar la luz o el sol, para subir el sistema inmune y las defensas frente a cualquier virus.

Cómo afrontes los momentos de dificultad, es lo que nos define como personas».

Se está diciendo que esta situación está afectando a la vida en pareja, ¿por qué crees que es? ¿Dice esto algo de nuestra necesidad de cambiar el chip con respecto a nuestras compañías? ¿Nos sentimos demasiado expuestos y eso genera incomodidad?  

Cómo afrontes los momentos de dificultad, es lo que nos define como personas. Sólo en estas situaciones conocemos a los demás según sus respuestas, pero también nos ayuda a conocernos a nosotros mismos. Las fortalezas y debilidades que presentamos en cada situación nos enseñan aquello que tenemos que mejorar y valorar en nosotros mismos.

Esto sirve a nivel de relación con los demás o de pareja. Estas situaciones nos están enseñando reacciones que nunca antes habíamos visto, tanto positivas como negativas, y esto hace ver la realidad de con quién compartimos tiempo y vida, ya sean amigos, familia o pareja.

El mayor número de divorcios sucede en vacaciones, seguido de la época después de navidad, momentos en los que compartimos más tiempo con aquéllos que nos rodean. Estamos en un momento, en el que no estamos acostumbrados a pasar tantas horas con la pareja o los hijos,  y es donde surgen los enfrentamientos si no se saben manejar las emociones adecuadamente. Por otro lado, es importante mantener un espacio no sólo de actividades contínuas con la familia, sino también un espacio  personal y de forma individual, para fortalecer los lazos familiares por un lado y personales con nosotros mismos por otro.

¿Qué denominador común dirías que tienen tantos los sanitarios como los «civiles» que van a consulta? ¿Qué es lo que más les afecta?

El motivo principal de las consultas son los niveles alto de ansiedad generalizada; es decir, sin un motivo concreto (que sería el miedo a las avispas y sólo cuando aparezca una avispa), la ansiedad se está extendiendo a todas las circunstancias del día a día que normalmente no lo eran. Es una sensación de miedo anticipado a nada determinado. Indudablemente, también al duelo por fallecimientos.

Se está disparando la psicopatología relacionada con la obsesión a contagiarse, y con ello los rituales obsesivos de limpieza. En especial en personas que tienen que salir a la calle o en aquéllos que conviven con un familiar en la misma casa que está aislado en cuarentena por el virus.

Estamos recibiendo consultas sobre cambios en el comportamiento en niños y adolescentes, muchos están reaccionando con conductas disruptivas que no presentaban anteriormente, y es que los niños procesan la información de manera diferente a la de los adultos cuando algo no entienden. Tomarse un tiempo para hablar de la situación que les preocupa o hacer con ellos actividades de ocio en familia y de forma individual es imprescindible, además de mantener una rutina para no tener la sensación de caos que puedan percibir de esta situación. Normalizar lo que no es normal respecto a sus emociones y sentimientos es fundamental con los mas pequeños.

Los sanitarios están desarrollando un nivel muy alto de estrés, están soportando una carga muy alta continuada y constante de trabajo a un ritmo muy alto y bajo unas circunstancias muy extremas.

Normalmente, nuestro cuerpo se regula solo para poder gestionar esta situación, y ante un nivel de estrés muy alto continuado, para no morir físicamente, el cuerpo cae en picado, y es cuando aparecen las emociones de rabia o llanto inconsolable, que en esta situación son completamente normales si se dan en un tiempo controlado y corto, siempre y cuando no se extiendan al resto del día y a otras situaciones de la vida. Esto les está permitiendo seguir con su trabajo actualmente, aunque no es lo más saludable.

¿Cómo crees que el alto número de muertes y el no poderlos velar y enterrar como antes nos va a afectar? ¿Va a cambiar en algo nuestra relación con la muerte o la idea que podamos haber tenido de ella?

El gran número de muertes que estamos visualizando en los medios de comunicación o que, ya sea directa o indirectamente estamos viviendo, ya está causando un gran impacto emocional. Esto afecta a la sensación de vulnerabilidad que estamos teniendo, es decir, esto puede afectar a cualquiera, nadie está a “salvo” de que le pueda tocar. Esto son los mensajes que nos están llegando en los medios de comunicación. Y que siendo reales esta repercutiendo negativamente  en cada uno de nosotros.

El colegio de la psicología ha puesto a disposición de todos los ciudadanos un teléfono de atención gratuita, en el que estamos atendiendo no sólo a los profesionales sanitarios y no sanitarios, sino también a aquellas personas que se encuentren mal en sus casas o hayan sufrido la pérdida de un familiar.

El motivo de este recurso, además de la ayuda que podemos brindar es, en gran medida, poder dotar a la población de recursos para afrontar estas situaciones a tiempo, para prevenir el desarrollo de patologías más graves que van a darse con total seguridad en muchas personas a corto plazo.

Dejar ir no es olvidarse; siempre van a estar en nuestro recuerdo, aunque el dolor disminuya si se ha realizado un buen proceso de duelo.

En un proceso de duelo, se necesita pasar por las diferentes etapas que conlleva: negación-ira-negociación-depresión-aceptación-reconstrucción. Cada uno a su ritmo o en diferente orden Las estrategias para afrontar el imparto emocional del duelo va a depender de los recursos psicológicos que tenga cada persona y esto ayudar a no desarrollar un duelo patológico posterior.

El proceso de “dejar ir” es un paso fundamental para seguir viviendo. En estos momentos, el fallecimiento de un ser querido está siendo todavía más complicado, debido a que no se está teniendo la oportunidad de despedirse físicamente de ellos. Pero existen muchas formas de hacerlo: escribir una carta a esa persona que se ha ido, encender una vela cerca de una foto, hacer un homenaje en las redes sociales, buscar el apoyo de la familia, soltar las emociones y aceptarlas como una fase mas necesaria…son algunos de los ejemplos. Dejar ir no es olvidarse, siempre van a estar en nuestro recuerdo, aunque el dolor disminuya si se ha realizado un buen proceso de duelo.

Sobre esto, cabe decir que, cuando una persona fallece, la UME recoge el cuerpo y lo traslada a los depósitos que ha habilitado para ello, y en muchas ocasiones las familias se enteran posteriormente del traslado tras la muerte. La Comunidad de Madrid ha habilitado un teléfono para que los familiares puedan localizar el cuerpo del fallecido y seguir el proceso hasta la entrega de las cenizas que suele ser 11 días después. En alguna medida esto ayuda a paliar la incertidumbre, aunque no el duelo.

Los cementerios están igualmente desbordados, aunque están realizando enterramientos con aforo de familiares reducido, no más de 3 personas. En estas circunstancias la despedida es posible y es una ayuda para este primer paso de superación de la perdida. Ya que las velaciones y salas están cerradas mientras dure el estado de alerta sanitaria.

Sé de familiares que han intentado suplir este proceso de diferentes formas, realizar la despedida antes que se lleven el cuerpo, acompañar en su propio coche el traslado dirección al tanatorio del cuerpo, incluso besar el coche fúnebre para despedirse. Son historias desgarradoras que están haciendo que el personal funerario necesite de atención psicológica igual que los médicos.

¿Qué enseñanzas podemos extraer de esta epidemia a nivel humano? ¿Con qué deberíamos quedarnos de esta experiencia?

De todas las situaciones podemos sacar algo positivo, incluso de las más adversas, como ésta que estamos viviendo. Aquéllos que sean resilientes, conseguirán salir fortalecidos de esta situación y mejorar en sus vidas, evitando ver las crisis como obstáculos insuperables y aceptando que el cambio es parte de la vida.

Mantener la capacidad de introspección nos ayuda a conocernos mejor, ser conscientes de las habilidades y fortalezas con las que hemos superado situaciones pasadas, lo que nos ayudará a afrontar futuras situaciones semejantes y no perder la visión positiva de nosotros mismos.

Hay empresas que se están reinventando y adaptando al mercado para conseguir salir de la crisis económica. A nivel personal ocurre lo mismo: reinventarse o caer con la situación. Desarrollar factores protectores en las situaciones negativas, es una de las formas de sobreponerse a ellas. Varios de estos factores a tener en cuenta son:

  • Desarrollar o fortalecer el humor positivo, centrarse en cada situación en el momento del ahora para valorar cada instante, sin añorar el pasado o anhelar el futuro. La música, el cantar o bailar ayudan a subir las defensas y a mejorar el estado de ánimo.
  • No perder la capacidad de relacionarse con los demás, adaptándonos al momento, seguir manteniendo contacto con los demás, nos ayuda a no tener la sensación de aislamiento personal y fomentar la sensación de apoyo.
  • Ser conscientes de la independencia, estar despiertos y saber lo que se está haciendo en cada momento, lo que en Mindfulness se llama ser conscientes del aquí y ahora.
  • Mantener iniciativas, estar activos desde la calma y la paciencia.
  • No perder la moralidad, los valores y principios a la hora de actuar. Para salir fortalecidos no es necesario pasar por encima a los demás o provocar daño.
  • Mantener la capacidad de introspección nos ayuda a conocernos mejor,  ser consientes de las habilidades fortalezas con las que hemos superado situaciones pasadas, lo que nos ayudará a afrontar  futuras situaciones semejantes y no perder la visión positiva de nosotros mismos.
  • Saber manejar las diferentes emociones por las que seguramente todos hemos pasado en el transcurso de los días. Desde la negación “esto no puede estar sucediendo”, la rabia que está dejando enganchados a muchos y nos les permite avanzar, hacia emociones  más positivas, el miedo al contagio de forma obsesiva, hasta llegar a la aceptación de la situación y de las emociones que se experimentan en cada momento. Todo ello dando la oportunidad de desarrollar nuevos hábitos y confianza en uno mismo para lograr ser más fuertes, desde la confianza y sin forzar las situaciones y aceptándolas.

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A pesar de los intentos que hacemos todos los días para hacer que esta pandemia sea lo más llevadera posible, es cierto que no hace falta rascar mucho en la superficie para vislumbrar la tragedia que hay detrás de todo lo que estamos viviendo — a la arbitrariedad con la que se están sucediendo las defunciones y el implacable carácter repentino de la aparición de síntomas en los contagiados, hay que sumar el dolor de no poder despedirse en persona de los seres queridos que está matando esta epidemia porque eso podría engrandecer un problema que, ya de por sí, nos supera.

Es posible que, como sociedad, no salgamos indemnes de esto. Seguramente no veremos las distancias como las veíamos antes, y debido a este encierro forzoso en el que muchas personas vivimos solas, tendremos que echar una mirada atrás para poner en valor — para bien o para mal — las personas que hay y que ha habido en nuestra vida. Nunca antes, en esta generación y en esta sociedad, se había conjugado de una forma tan dramática lo delicada y fugaz que puede ser nuestra existencia con un ejercicio de reflexión sobre cómo hemos elegido vivir hasta ahora y cómo *podremos vivir* nuestra vida a partir de este momento. Son situaciones como ésta donde tenemos la oportunidad, como dice Silvia, de poner en valor nuestra capacidad para encarar cambios importantes que trastocan nuestra forma de vida, nuestra forma de adaptarnos a estos cambios y cómo sobreponernos a ellos, convirtiéndonos, en el proceso, en personas más conscientes de nuestro entorno. Y quizá, esperemos, en mejores personas.

¿Qué opinas? ¿Seremos diferentes una vez esto pase o cualquier cambio que se produzca no perdurará demasiado en el tiempo?

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Dedicado a Celia Merino Thomas — Salud y fuerza en estos difíciles momentos.

Agradecimientos:

A Silvia Álvarez Ruiz, sin cuya ayuda, no hubiera sido posible la elaboración de este trabajo.

*El nº de teléfono del servicio de atención psicológica a la ciudadanía del Colegio Oficial de Psicología de Madrid es el 900 124 365.

5 comentarios en “Cuarentena en tiempos del Covid-19: Entrevista con una psicóloga clínica”

  1. Vivo a caballo entre NuevaYork y Madrid y este artículo me resultó muy interesante dado qué expone la variedad de formas que está crisis social puede repercutir al nivel individual. Sobre todo una lectura muy importante para afrontar cambios que nos pueden estar afectando a largo plazo sin que seamos conscientes, y con con consequences sicólogos tanto graves y a la ves con oportunidad de mejorarnos como personas. Me gustaría conocer mejor esta sicóloga o saber si el escritor es más bien sicólogo y que otras cosas a publicado, especialmente sobre la sicólojgia de la mujer occidental en tiempos de Covido, 😷

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  2. Muy interesante. Es verdad que olvidamos rápido. Espero que quede algún sentimiento que haga recordar que la felicidad está en las pequeñas cosas, un paseo, un amigo…..

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